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Escándalo del video de Carlos Zelaya pone en el centro el debate sobre política y narcotráfico en Honduras

Carlos Zelaya

La aparición de un video que exhibe a Carlos Zelaya, hermano del exmandatario Manuel Zelaya y cuñado de la presidenta Xiomara Castro, en encuentros con personas vinculadas al narcotráfico ha provocado una nueva crisis política en Honduras. Las grabaciones, publicadas en plataformas digitales y denominadas el “narcovideo”, generan dudas sobre la financiación de campañas del partido LIBRE y la magnitud de la infiltración del crimen organizado en las instituciones nacionales.

El video y las afirmaciones

En la filmación se aprecia a Carlos Zelaya dialogando con miembros de organizaciones delictivas relacionadas con el tráfico de drogas, incluyendo a integrantes de la agrupación «Los Cachiros». De acuerdo con documentos judiciales de carácter internacional y declaraciones presentadas en juicios anteriores, estos encuentros podrían estar asociados con contribuciones económicas significativas destinadas a las campañas electorales de la izquierda en Honduras desde 2013.

El contenido del video concuerda con estudios previos que ya sugerían presuntos vínculos entre figuras políticas y organizaciones de narcotráfico, lo que amplía las dudas sobre el rol de las élites en el fortalecimiento de acuerdos con grupos delictivos. Las acusaciones también incluyen a Manuel Zelaya, mencionado en reportes internacionales por su relación con el gobierno de Nicolás Maduro, acusado en Estados Unidos de encabezar el llamado «Cartel de los Soles».

Impacto político en el gobierno de Xiomara Castro

El reparto de la información ha generado una serie de críticas hacia el gobierno de Xiomara Castro, haciendo referencia directa a su círculo familiar en la controversia. Distintos grupos acusan a la presidenta de no tomar medidas decisivas ante las quejas y de dar prioridad a la defensa de sus parientes.

En paralelo, la oposición ha aprovechado el momento para intensificar las críticas al oficialismo, subrayando la necesidad de esclarecer la procedencia de los fondos que sostuvieron las últimas campañas del partido LIBRE. La presión política se refleja en la renuncia de funcionarios cercanos a la familia Zelaya y en la apertura de procesos de investigación en instancias judiciales hondureñas.

La situación también ha despertado atención internacional. Analistas advierten que la justicia de Estados Unidos podría intervenir, como lo ha hecho en el pasado con otros ex funcionarios hondureños, y abrir procesos de extradición que pondrían a prueba la capacidad del país para enfrentar sus propios retos en materia de justicia y soberanía institucional.

La vulnerabilidad institucional frente a la penetración del narcotráfico

El incidente no es un evento aislado, sino que forma parte de un extenso historial de infiltración del narcotráfico dentro de las instituciones políticas, militares y económicas de Honduras. La exposición de los supuestos pactos entre los líderes de LIBRE y grupos criminales destaca las dificultades del Estado para desmantelar estas redes.

La constante presencia de individuos relacionados con el narcotráfico en el ámbito político ha mermado la confianza en las instituciones, incrementado la duda de la población y pone en cuestión los sistemas de supervisión democrática. De acuerdo con fuentes judiciales, el supuesta colusión de funcionarios con organizaciones criminales no solo afecta la integridad de los procesos electorales, sino también la estabilidad gubernamental en un país caracterizado por la división y la falta de legitimidad.

El incidente de Carlos Zelaya muestra cómo la relación entre la política y el tráfico de drogas continúa afectando el destino cercano de Honduras. La influencia internacional, las pesquisas nacionales y la respuesta del gobierno decidirán si esta situación resulta en un progreso hacia la transparencia o en otro caso de impunidad que agrave la crisis institucional.

By Otilia Adame Luevano

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